miércoles, 30 de septiembre de 2009

Campaña de Consumo del Gobierno Vasco

Os apunto el enlace a la campaña que el departamento de Sanidad y Consumo está realizando, informando acerca de la necesidad de prevención, información, seguridad... en muchas adquisiciones de productos y servicios. Más vale prevenir que protextar. ¡Interesante!

http://www.blogconsumo.net/

jueves, 13 de agosto de 2009

El alcalde de Zalamea

Asistimos a un nuevo asalto de la SGAE a la cultura de nuestro país. Reclamar miles de euros a un pueblo por la representación de una obra que es parte de la literatura universal es pura piratería. Sugiero al actual alcalde de Zalamea registre el nombre del pueblo y le cobre a la SGAE derechos de uso del mismo con carácter retroactivo.

El nivel cultural de este país da pena (ni siquiera da risa), si además hay que pagar por la cultura, esto va a convertirse en un auténtico páramo, en el que ramoncines y teddybautistas que hace años que no producen nada original siguen viviendo de rentas. Los demás tenemos que producir TODOS LOS DÍAS para pagar la hipoteca.

viernes, 5 de junio de 2009

Mi alcalde me tima

Una reflexión. Odón, el alcalde de mi ciudad, no quiere que circule en coche. Pero no quiere dejar de percibir los suculentos ingresos por el impuesto de circulación. He cambiado recientemente de coche y he comprado uno mucho más eficiente en cuestión de energía y menos contaminante. Me llega el cargo del impuesto de circulación de mi vehículo viejo, dos meses después de haberlo transferido. Protexto, pero me dicen que debo pagar por el vehículo que está a mi nombre a fecha uno de enero. Pago bastante más de lo que debería abonar por mi vehículo nuevo. Casi no puedo llegar al centro y me cobran un dineral por aparcar; debo tener un garaje si quiero encontrar un sitio cuando llego a mi barrio. Donostia es la ciudad más cara del país y el alcalde, un megalómano al que se le ha ido la olla y que se cree que la ciudad es suya, quiere que vaya en bicicleta a hacer la compra, para que me la roben cuando la dejo aparcada, mientras a él le llevan y le traen en coche oficial. Esto es un timo y en esta ciudad las cosas no funcionan como deberían.

miércoles, 27 de mayo de 2009

TELEOPERADORA, ¿DÍGAME?


Ring, ring, riiiiiiinnnng...
  • Yo - ¿Dígame?
  • Teleoperadora - Buenos días, le habla Paz (*) de Telefónica. ¿Con quién estoy hablando, por favor?
  • Yo - Con la responsable de informática.
  • Teleoperadora - Le llamo para comentarle que ahora con su ADSL puede tener un descuento del (*)...
  • Yo - Escuche, ahora estoy ocupada con una avería URGENTE y no puedo atenderle, pero me gustaría que me remitiera la información por correo electrónico...
  • Teleoperadora - ¿Me da su nombre?
  • Yo - ¿Para qué?
  • Teleoperadora - Para dirigirme a ud.
  • Yo - Mire, le he dicho que ahora tengo una avería y no puedo atenderle, pero que me interesa mucho que me remita la información por correo electrónico.
  • Teleoperadora - Esto sólo se lo puedo contar por teléfono, no lo enviamos por e-mail.
  • Yo - Pero le repito que ahora no puedo atenderle, pero que si más tarde leo el correo, lo haré.
  • Teleoperadora - Insisto en que no puedo enviarle la información por correo electrónico. Así que como no le interesa, se queda sin promoción. (Y cuelga y me deja con la palabra en la boca).

(*) No recuerdo su apellido, ni el descuento.

Veamos. Si tengo un asunto URGENTE (por aquello de que las mayúsculas realzan la importancia del asunto), es porque no puedo atenderle. Porque a un descuento no se niega nadie. Y porque cuando algo no me interesa respondo eso: NO ME INTERESA, alto y claro. Que yo recuerde, no se lo mencioné.

Por lo que no paso es por que me hagan perder un tiempo precioso. Mi pc ha pasado varios días en la UVI y no estaba yo para desviar la atención de la pantalla. Por otro lado, las palabras se las lleva el viento, y a mí me gusta que me hagan siempre las propuestas POR ESCRITO. Lástima que no pueda devolverle la llamada, ni pedirle la hoja de reclamaciones, ni solicitar que me pasen con su jefe. Se amparan en el anonimato y en lo recóndito de los pares telefónicos.

viernes, 22 de mayo de 2009

Y las vacas descargan millones de voltios


Ésta me ha llegado al alma... No tengo referencia en Internet (El País publica un resumen de noticias de The New York Times, pero en la web lo ofrece previo pago). Adjunto una foto mala de mi BlackBerry, no está hecha para fotografiar textos. Pero creo que se entiende lo suficiente, hasta que haga una foto "con fundamento" en casa.

Remito a la diferencia entre "bobina" y "bovina", sin más, en la Santa Rae.

Mal que les pese a algunos, "b" y "v" son el mismo fonema /b/ (oclusivo, bilabial, sonoro), pero distinta grafía. Porque algo que me enerva es escuchar a un cantante pronunciando la "ufe" (a ver si se enteran de que NO EXISTE en nuestro idioma). La razón (o al menos una de ellas) de que se mantenga la diferencia ortográfica es el respeto a la etimología. Y a veces sirve para eliminar molestas polisemias. Vamos, para entendernos mejor.
Aparecido en El País, suplemento The New York Times, jueves 21 de mayo de 2009

lunes, 11 de mayo de 2009

Las margaritas tienen ojos


(Pincha en la imagen para verla a tamaño grande).

Sin comentarios...

lunes, 6 de abril de 2009

El móvil del crimen: darse de baja en Movistar

Vomistar finiquitado
Vomistar finiquitado fannybrice Documento que da por finalizado formalmente un contrato de telefonía móvil con Movistar.


Después de innumerables llamadas, de contar la misma historia a un operador distinto de Movistar, de intentarlo sin éxito ("lo siento mucho, pero ahora el sistema no está disponible para efectuar la baja"); después de meses, de facturas deliberadamente devueltas... POR FIN, MOVISTAR NOS HA ENVIADO ESTA CARTA.

Está claro que sólo se acapara la atención del gran timador cuando una se rebela. Para resumir esta historia, que supongo os ha sucedido a muchos de vosotros y no sólo con Vomistar, sino también con Potafone, y los demás proveedores de telefonía móvil (o fija, o ADSL... todo funciona igual cuando uno se quiere dar de baja de un servicio), os contaré que simplemente, procedí a dar de baja el teléfono móvil de un comercial que había dejado de trabajar para nosotros. ¿No es suficiente razón para la baja de una línea que no necesitamos? Cuando se acercaba el límite de los 18 meses establecidos en el contrato de Movistar, procedí a solicitar la baja, incluso dispuesta a pagar penalización. Llamé al comercial de Timofónica que lleva a mi empresa en su cartera de clientes y que, de hecho, fue quien gestionó el alta de dicho terminal; claramente me dijo que para eso tenía que dirigirme a una tienda de Telefónica. Así hice, y allí me dijeron que no podían hacerlo, que lo tenía que hacer por teléfono llamando al 1485. Tengo apuntada mi primera llamada el 7 de agosto de 2008. Al menos hice otras cuatro y siempre finalizaban con la imposibilidad de dar de baja inmediatamente el móvil. Me llegó al alma que en dos ocasiones me dijeran que tenían el sistema caído.

Seguían llegando facturas de un móvil que no usábamos. En octubre y antes de irme de vacaciones, busqué en Google con el fin de ver en los foros temáticos cómo lo habían solucionado los demás. Casi todos coincidían en la solución del BUROFAX, así que busqué una carta tipo, la adapté, incluso consulté a un amigo abogado acerca de lós términos más apropiados para no incurrir en ambigüedades, y el 7 de octubre lo envié, llegando el acuse de recibo al día siguiente. Se suponía que eso daba quince días a Timofónica/Vomistar para hacer efectiva la baja. Pero no, las facturas seguían llegando a pesar de que en dicho burofax decía expresamente que pasado el plazo de quince días preceptivo nosotros dábamos el contrato por finalizado y cualquier cargo en nuestra cuenta sería devuelto. Y así hicimos. Hasta marzo de 2009.

Entonces llega un comunicado de Movistar en el cual se nos apremia el pago de las facturas pendientes, amenazando con incluir a mi empresa en el registro de morosos si no lo cumplíamos. Ese día, montada en cólera y dispuesta a finiquitar el asunto, volví a llamar al 1485 para pegarme con el muro de la operadora y derribarlo.

Está claro que en estos casos lo único que funciona es ser MUY BORDE, muy insistente, muy repetitiva. Y gritar. Lo siento por quien estuviera al otro lado del teléfono. Pero que no piense Telefónica que me voy a sentir ni mucho menos halagada por las disculpas melosas y vomitivas que incluyen en el entrenamiento de sus operadores telefónicos. "No quiero que me pida disculpas, quiero que me dé de baja". Si la señorita que me atendía al otro lado me decía "Disculpe..." yo no le dejaba acabar la frase, ésa fue mi estrategia. "Ud. no tiene ningún cargo de responsabilidad y no quiero hablar con ud., quiero que me pase con alguien que tenga capacidad para tomar decisiones". Así insistí, subiendo mi tono, durante más de veinte minutos. La estrategia fue desesperar a uno de los ladrillos del muro. Y después, diez minutos de aguantar a la espera con la musiquita de turno, y cada dos o tres minutos "disculpe, seguimos intentando pasarle con un asesor externo para que le atienda en breve". Si Timofónica tenía intención de que yo me cansara de esperar, yo, armada de paciencia, tenía intención de agotar el tiempo y las posibilidades. Para algo sirve el manoslibres, para dejar el teléfono descolgado y esperar a que acabe la música de fondo mientras sigues con tu trabajo habitual (si pasara a Telefónica una factura por las horas perdidas con el asunto, tendría crédito para unas cuantas facturas de teléfono).

Y al fin lo conseguí; por fin pude hablar con una persona que tenía capacidad para gestionar mi baja, no sin problemas, pero la gestionó. Me dio un número de fax al que reenviar el burofax, el comprobante y la factura del mismo. Y se comprometió verbalmente a anular las facturas posteriores a ese documento y a anular los cargos pendientes, con lo cual mi cuenta estaría liberada para dar de baja definitiva el teléfono móvil.

Por supuesto, yo pedí que todo esto me fuera notificado por escrito, pero siempre te dicen que no pueden. A mí me quedaba la palabra (supuestamente en una conversación grabada por Telefónica) de esa persona y... al menos su número de fax. Me prometió comunicarme el resultado de su gestión, pero pasaron unos días y, al no recibir noticias me impuse una labor: reenviar el fax hasta conseguir otra respuesta; como Tim Robbins y sus cartas pidiendo ayuda para la biblioteca de su cárcel en "Cadena Perpetua".

Sólo hizo falta un fax, unos minutos depués tenía mi llamada, confirmándome el inicio del proceso de baja y que en unos días (semanas) recibiría la confirmación escrita de la baja definitiva. Que es el documento que podéis ver más arriba.

Estos contratos con el diablo son fáciles de firmar, pero difíciles de romper. Amparados en su grandeza, en su prepotencia y en el proteccionismo gubernamental, que hace oídos sordos a todas las quejas de las asociaciones de consumidores, las operadoras de telefonía hacen negocio con la desesperación de los usuarios, que muchas veces por no hacer un esfuerzo, dejan que les cobren lo que no les corresponde.